"Los homosexuales no son como los champiñones. El problema del anacronismo en Historia de las Ciencias"
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URI: http://hdl.handle.net/10498/15245
URL: http://www.youtube.com/watch?v=VEWbTxO4DS8&feature=youtu.be
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Show full item recordAuthor/s
Vázquez García, Francisco
Date
2013-03-20Department
Historia, Geografía y FilosofíaAbstract
Consideramos en principio que, del mismo modo que una persona puede caracterizarse por el color de su pelo o de sus ojos, puede ser también clasificada a partir de su “orientación sexual”, siendo así heterosexual, homosexual o bisexual. Es decir, estimamos que la orientación sexual es un rasgo “natural”, de modo que homosexuales, heterosexuales y bisexuales son otros tantos objetos naturales, del mismo modo que las manzanas, las piñas o los champiñones. Por eso, los biólogos que estudian el comportamiento animal (etólogos) o su base neural (neurocientíficos) o molecular (genetistas), se refieren a la existencia de orangutanes o de moscas (la célebre Drosophyla) homosexuales, dado que prefieren aparearse con “partenaires” de su mismo sexo. Ahora bien, y esto es lo importante, en todos estos casos lo que hacemos es proyectar al mundo animal un modo bastante reciente de clasificar a las personas. Lo proyectamos tanto para describir la conducta de personas de otras culturas distintas –en el tiempo o en el espacio- a la nuestra como al estudio de especies animales diferentes a la nuestra.
Ahora bien, esta proyección que hacemos no está justificada, y constituye un grave error conceptual, al que denominamos “anacronismo” (cuando la proyección se hace sobre culturas temporalmente alejadas de la nuestra), “etnocentrismo” (al proyectar esa categoría en culturas espacialmente distantes) o “antropomorfismo” (al proyectar la noción de “homosexualidad” sobre especies no humanas).