Las róticas en el español de México

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Show full item recordAuthor/s
Leghzal Moulay, AsisiDate
2018-07-05Advisor
Rivas Zancarrón, Manuel
Department
FilologíaAbstract
La absoluta comprensión del habla de cualquier idioma se deduce —como mencionan muchos teóricos lingüistas— desde el estudio de su materialización real, esto es, desde la pronunciación, la entonación o el ritmo, cuestión esta que va más allá del estudio del habla a partir de la escritura.
Para obtener conclusiones aceptables de una determinada forma de hablar de una lengua, uno ha de sumergirse en ella, oír con atención a sus hablantes, lo que propicia un conocimiento previo de lo oral sobre lo escrito, de modo que, al escuchar a esos hablantes de esa lengua concreta, sabríamos con más o menos exactitud cuáles son las variantes que se dan en determinados fonemas o cuáles serían las alteraciones que sufre el habla real respecto de un discurso académico o estándar. Ahí, es donde entramos en un tema tan amplio como complejo, pues el habla varía —y mucho— no solo en los diferentes idiomas, sino también en las variantes de una misma lengua (variaciones diatópicas), en los cambios producidos por su uso según el género, la edad o su posición social (variedades diastráticas), e incluso según el registro discursivo de estilo en un acto de comunicación concreto (variaciones diafásicas).
Asimismo, la escritura dista mucho de lo que se habla en la calle, pues difícilmente podríamos hallar a una persona que, sin un cambio de registro, en una situación relajada, acabe igualando los mecanismos escriturales a lo oral, pues se podría decir que, incluso en una situación académica y formal de un hablante, se llegue a identificar rasgos de una diatopía dentro de un estilo discursivo concreto, sin caer —claro está— en la diglosia.
Así, por ejemplo, se viene cuestionando cómo el habla real puede tener cabida en las obras lexicográficas, de manera que, en las últimas actualizaciones de los diccionarios al uso, se han aceptado muchos de los conceptos que daban lugar a variantes. Un ejemplo de ello es la voz almóndiga, término que hasta hace muy poco tenía un uso incorrecto en la escritura, pero que ahora se ha incorporado al diccionario de la Real Academia Española. Independientemente de los cambios que la voz anterior ha experimentado a lo largo de su manifestación oral en su diacronía (alteración del fonema oclusivo bilabial sonoro /b/ en favor del nasal bilabial /m/, con asimilación al primero) la inclusión en las obras lexicográficas tiene efecto en estos casos por la frecuencia de uso y no por el uso en una norma de prestigio.